Visita Durante el Tratamiento
Durante el tratamiento el radioncólogo visitará al paciente semanalmente para ver su tolerancia. En esta visita el paciente deberá indicar cualquier síntoma especialmente si es relacionado con su piel, cansancio, dolor abdominal, diarreas o molestias al orinar. Si aparece algún problema de toxicidad derivada de la radioterapia, el médico valorará si es necesario o no recibir algún consejo dietético o tratamiento médico. La piel debe mantenerse limpia e hidratada, pero no debe aplicarse ninguna crema antes de las dos horas previas a la radioterapia (Cabrera et, 2011: 72).
Seguimiento del tratamiento
El seguimiento del tratamiento comienza con la fase de verificación de la simulación, la cual consiste en realizar una comparación estricta entre las imágenes radiográficas obtenidas en la misma máquina de tratamiento, con sus radiografías de simulación para comprobar si el tratamiento coincide con la simulación, especialmente en el caso de configuraciones de haces complejas. Las imágenes de verificación también reciben el nombre de fotongrafías, por ser radiografías obtenidas con haces de alta energía. Sin embargo, el proceso no termina allí, continua con las evaluaciones periódicas de la respuesta del tumor frente a la dosimetría planeada, en términos de reducción o crecimiento del volumen cancerígeno. Además de prever cualquier reacción eficaz frente algún efecto secundario generado.
El tratamiento debe responder a unos antecedentes claves como la evaluación médica, el establecimiento de los objetivos del tratamiento y el consentimiento informado. El primero de ellos hace referencia a la obtención de una historia clínica, la realización de un examen físico con especial interés en el sitio para el diagnóstico y la revisión de los estudios e informes médicos pertinentes. El grado del tumor debe ser determinado y registrado para la estatificación, lo que permitirá con mayor facilidad la toma de decisiones para el radiodiagnóstico y la comparación con los resultados del tratamiento. El segundo elemento, permite orientar con claridad los pasos que se van a seguir durante la aplicación del tratamiento, en ellos se consignan los beneficios y riesgos cualitativos de la radioterapia aplicada, si el plan de tratamiento requiere de la combinación de radioterapia con cirugía, la quimioterapia u otras terapias sistémicas. Todo este proceso de manera universal debe contar con el consentimiento del paciente. Por ello, es necesario elaborar un consentimiento informado en el que se dejan claro la documentación clínica, el tipo de terapia adoptada, los efectos secundarios esperados, las posibles complicaciones, la disponibilidad de otras alternativas posibles para el tratamiento y los beneficios de seguir o no con la ruta terapéutica (Ibid, 2011:72).